sábado, 21 de diciembre de 2013

Esto no son más que despedidas.

El tiempo para muchos ya empieza a correr hacia atrás.

Parecía que la generación pasada era invencible, que el reloj no podía correr hacia atrás para ellos, que sus agujas estaban paradas y que no se les acabaría el tiempo, pero en un abrir y cerrar de ojos nos hemos topado con la realidad ante nosotros:
La generación sempiterna prácticamente ha desaparecido, ha sido derrotada por los años y la vida y nos encontramos con que ahora hay una generación menos y una nueva que ya ha comenzado su cuenta atrás.

Nos encontrábamos hace nada ante 5 generaciones, muy diferentes, que parecían estar a años luz unas de otras, pero que sin embargo no estaban más que a unos milímetros. Ahora que ya se ha agotado la primera generación, la segunda se ve terriblemente amenazada y está algo aturdida. Se les empiezan a caer las primeras murallas y luchan e intentan construir fuertes por todos los lados, pero éstos, todo lo contrario que sus ancestros, no parecen inexpugnables. 

Hace poco menos de un mes, calló una de las más grandes murallas y se llevó a uno de los más valientes luchadores, un luchador que a la vez era el bufón de la corte. Esta tragedia ha afectado terriblemente al resto, ahora se encuentran abatidos y asustados, saben que si él ha podido caer quiere decir que para ellos el tiempo también es finito.

Esta perdida va a suponer algo muy grande y muy duro, no solo para esa segunda generación que ahora está algo vacilante, sino para todos, para todos los que venimos detrás y hemos perdido esa gran muralla. La verdad es que no sé que era más importante para la batalla, si la muralla o el luchador, lo que sí sé es que esto no va a poder pasar desapercibido para nadie. 

La voz más pequeña aún llora en un rincón, esperando que algo o alguien le devuelva todo lo que ya se ha llevado de su vida. La más anciana se encuentra en su más alto nivel de fuerzas para luchar, pero puede que esto solo sea un caparazón. Y los de en medio, creo que vivimos cegados por los llantos de la pequeña y por el miedo a que las fuerzas de nuestros superiores se desmoronen. 

Así, en unos días nos hemos encontrado perdidos y con la marcha de uno, hemos caído todos. Sé que volveremos a resurgir, que volveremos a tener fuerzas y que, aunque no llenará el vacío, encontraremos a un suplente para cubrir y construir de nuevo esa muralla, pero ahora toca pasar lo malo, sufrir la pérdida y la desidia, para luego rebrotar con  más ganas que nunca. 

Nos nos rindamos, es todo lo que puedo decir y sobretodo recordad que aunque ahora el tiempo para muchos empiece a correr hacia atrás, aún queda mucho que recorrer, mucho que vivir y mucho que disfrutar. 

La batalla no ha hecho más que empezar.

jueves, 3 de octubre de 2013

Si tanque els ulls.

Sólo unos días más y David podría volver a su pueblo donde, como cada verano, sus queridos familiares y amigos estarían esperando ansiosos por verle. Este verano no sería igual, pues solo podría disfrutar de sus más allegados durante una semana, porque después iría a vivir una nueva experiencia junto a los niños del pueblo en el campamento de verano.

Al fín llegó el gran día, que con tanta ansia David había estado planeando para que todo saliera perfecto, y en su revisión diaria al correo electrónico pudo comprobar que había recibido uno de la escuela con la que trabajaría este verano. No se lo podía creer, los padres habían reunido firmas para que el campamento se adelantara una semana y así acabar una semana antes para poder aprovechar bien las vacaciones y ahora solo dispondría de un día para ver a toda su gente y volver a despedirse hasta un mes más tarde. Todos los planes, las quedadas y todo lo organizado durante sus últimos días fuera, chafados con un solo correo. Pero bueno, lo mejor estaba por llegar y aunque lo esperado tuviera que seguir aguardando su momento, todo llegaría.

Pasaron los días y aunque David seguía ansioso por volver a su pueblo, el campamento estaba sucediendo de una manera estupenda. Las actividades con los niños eran geniales, oír sus risas, sus reflexiones inocentes y ver cada día sus miradas llenas de intriga por descubrir que les aguardaba en ese día eran increíbles. Por la noche salían a pasear con lo más mayores (unos 12 o 13 años) un rato por el monte y siempre se quedaban un poco en alguno de aquellos maravillosos lugares dónde él les podría contar una de sus fantásticas historias.

Una de las noches una niña le pidió al monitor "Cuentacuentos", como lo apodaban allí, que les contara como era vivir en una ciudad diferente a donde habías estado siempre, sin conocer a nadie, ni tener amigos ni nada y éste se sentó en medio de ellos y comenzó a narrar su historia:

"Al cumplir los 21 años, decidí que era el momento de volver a los estudios y de retomar todo aquello que un día dejé de lado. Hice la prueba y conseguí entrar a la universidad dónde me esperaba todo un mundo por conocer.

¿Sabéis? Siempre recordaré el primer día que llegué allí. Todo me parecía extraño, la casa era muy grande para mí, estaba rodeado de extraños que andaban por mi casa y me hablaban de vez en cuando y además tenía la sensación de no ser el mismo que había sido hasta entonces.

Poco a poco me fui acostumbrando, fui conociendo gente que empezó a ocupar un gran lugar en mi vida y fui sintiéndome cada día más como en mi casa y aquellas personas que en un principio me parecían extraños invadiendo mi intimidad se convirtieron en una pequeña familia, que aunque no se parecían ni en lo más mínimo a una familia, estaban ahí para ayudarme y para pasar el rato, cuando lo teníamos, claro.

Fue una experiencia estupenda que recomiendo a todo el mundo que tenga la ocasión de vivirla.

Mirar, yo me fui en principio solo los años de universidad y en el mismo sitio sigo, ya hace 4 que acabé la carrera y por el momento no tengo intención de abandonar esa preciosa ciudad que conocí solo con 21 años. Pero una cosa sí os digo, jamás olvidaré la sensación de aquellos primeros días, que aunque no llevaba nada de tiempo allí me parecía que habían pasado años y que aunque realmente no estoy nada lejos de aquí me parecía que había un abismo entre ambas ciudades."






domingo, 15 de septiembre de 2013

Primera parada (V)

2/10/2013

A tan solo unos días de irme y de comenzar un sueño.

Ahora sí que sí, estoy convencido, completamente. Estoy lleno de ilusión, de sueños y de ganas de empezar con todo. 

Ha sido un mes duro, de muchas dudas y de millones de preguntas sin respuesta dando vueltas por mi cabeza en cada segundo, pero al final he llegado a una gran conclusión: ¿Qué más da?

Qué más da todo lo que pueda pensar, las cosas que me den miedo, mis dudas... ¿Qué más da todo? Ya no hay vuelta atrás, ahora toca solo mirar hacia delante, sin dejar de pensar, pero sin detenerse a darle vueltas a asuntos que no tienen ni pies ni cabeza. Si el piso sale mal, ya se arreglará o sino siempre a tiempo de irme estoy. Si el curso no va bien, eso ya lo veré y sino alguna solución se encontrará. Pero, lo más importante, ¿por qué va a salir mal? Todo saldrá genial. Es mucha gente nueva, es una vida completamente nueva, pero todo saldrá bien, conoceré a gente  y lo más importante de todo es que ya no tendré que convivir más tiempo con la gente de aquí. 

Tengo muchísimas ganas de que llegue ya el día. Sueño con coger ya ese tren que me lleve a mi nueva casa y de empezar esa carrera que tanto he ansiado. Tantas ganas no se pueden ver marchitadas por el miedo, así que con una gran sonrisa me marcho a empezar mi nueva vida.

Ah, se me olvidaba, ya conozco a unos de mis compañeros y la cosa pinta bastante bien.

Abandono hoy el diario y dejo que ocurra lo que tenga que ocurrir. 

Hasta la vuelta.

martes, 3 de septiembre de 2013

Deberes.

El otro día encontré, arreglando los papeles de mi habitación, las redacciones de cuando era una niña. Una de ellas hablaba acerca de si son buenos o no los deberes en verano. Con el paso de los años sigo viéndolos del mismo modo, solo que ahora tengo unos cuantos argumentos más para defender mi opinión.

Aunque muy pesados a menudo, nunca me han desagradado del todo los deberes, al igual que me ha gustado aprender y estudiar, me ha gustado hacer deberes. Pero, muchas veces me he preguntado ¿hasta qué punto son buenos?

Los deberes, esas temidas y odiadas tareas que a todos de niños nos han cansado, aburrido y desesperado, no son tan malos como parecen, solo que, como la mayoría de cosas en la educación, no veo que estén bien planteados.

Para un niño, sentarse cada día del verano a hacer deberes, es un imposición bastante dura de seguir ¿Vacaciones? ¿Descanso?¿Dónde queda eso cuando día a día los niños junto a sus padres, madres, abuelos, abuelas, primos, primas, hermanos, hermanas y otros responsables de los mismos tienen que pasarse dos horas peleando a ver si al final los deberes los hace el niño o quedarán esperando a que se resuelvan por sí solos?

Claro que pienso que los niños deben practicar y repasar lo aprendido durante todo un curso. Pero, en vez de libros de repaso ¿por qué no juego de mesa dónde el niño tenga que resolver los mismos problemas matemáticos o tenga que leer y escribir? o, mejor aún ¿por qué no un juego de ordenador que consista en lo mismo, pero que además, por cada ejercicio resuelto se les premie con un mini juego?

Tengo un claro ejemplo de esto muy cerca con mi sobrina. Aunque hay días que no tiene problema alguno en sentarse a hacer los deberes, hay otros en los que no los hace por nada del mundo. Sin embargo, si le pones un juego interactivo resuelve los problemas y lee y escribe sin pegas, ni aburrimientos.

¿No se supone que los deberes pretenden crear un hábito de estudio? Entonces no sé que hacemos convirtiéndolos en una guerra diaria. Si nos acostumbramos a luchar contra nuestros responsables por no hacer los deberes y éstos nos obligan a las buenas y a las malas a hacerlos, más que un hábito, lo que estamos creando es una obligación que hará que en el momento que las tareas dejen de ser obligatorias dejemos de realizarlas y luego vendrá el problema: de 25 personas en una clase, 22 no tienen hábito de estudio y tan siquiera saben como deben prepararse un examen.

Ayudemos a acabar con esta guerra que parece interminable. Aprender puede llegar a ser muy divertido. Juguemos más con nuestros niños y fomentemos así sus ganas de adquirir nuevos conocimientos.

Primera parada (IV)

16/08/2013

Vuelvo a escribir aunque no tengo demasiado que contar. 

Ahora estoy de vacaciones en un lugar sin móvil, ni Internet, ni televisión, y tengo mucho tiempo para pensar. Esto, en principio, podría ser perfecto, pero, la verdad es que en estos momentos no me está beneficiando demasiado y tengo ganas de volver al pueblo. 

Aquí me estoy planteando qué es lo que haré cuando llegue allí, con quién me reuniré y hablaré. Empiezan a surgir dudas como si encontraré amigos nuevos, cómo serán mis profesores..., y la verdad me hace sentir bastante inseguro.

Me siento como un niño el primer día  de cole, asustado porque se siente solo en medio de un montón de niños y a cargo de una persona desconocida.

Tengo la sensación de que todo va a ir perfectamente y espero que así sea, aunque no puedo negar que el miedo me atrapa en muchos momentos.

El otro día, cuando estuve con mi amigo enseñándole las fotos de mi piso, éste quedó impactado al ponerse a pensar en vivir solo, tener una casa y compartir tu vida con personas desconocidas. Estuvimos hablando después, largo y tendido, acerca de este tema y el pobre, que se tiene que quedar por problemas económicos, tiene muchísimas ganas de salir de casa.

Al igual que a mí, a él también le pasa  que se siente pequeño aún para emprender una nueva vida. Pero, es el momento de seguir, de luchar, descubrir y sobretodo de disfrutar. 

Ya hemos llegado al acuerdo que para el primer puente que haya, coge el tren en dirección a mi nueva ciudad y, por unos días, disfrutaremos juntos y nos pondremos al día sobre nuestras nuevas vidas.

Me voy a dar un paseo. Otro día más.

lunes, 19 de agosto de 2013

Injusticia y engaño.

¿Cuántas veces más habrá que pasar por esto? ¿Cuántas veces más tendré que decir un "Adiós" injusto? ¿Cuántas veces más tendré que despedirme de alguien de quién no me quiero separar?

Sinceramente jamás entenderé nada de esta sociedad, de todas estas ansias de poder, de querer ganar dinero, de aprovecharse de la gente más humilde y de vivir a costa del sufrimiento ajeno. ¿De verdad no os importa que mientras vosotros tenéis una vida por todo lo alto, con todo lo que queréis (lo necesitéis o no) al alcance de vuestras manos, la otra parte de la sociedad, cada día más pobre, tenga que buscar en contenedores de basura para poder alimentar a su familia, tenga que trabajar por dos euros la hora para obtener algo de dinero o tenga que decir a sus hijos que se dejen de estudiar porque no hay dinero suficiente para poder pagar los libros, la matricula, el material, etc? No entiendo cómo podéis dormir tranquilos viendo semejante desmoronamiento en la sociedad. No estoy diciendo con esto, que todos los que tenéis o tenemos más que los demás seáis o seamos "los malos de la película", como se diría vulgarmente, sino que no entiendo como todos no ponemos un poco más de nuestra parte y dejamos de bañarnos con champagne de 10.000 euros o de comprarnos un coche que vale más de lo que una persona mileurista podrá ganar en toda su vida y nos dedicamos a intentar crear un poco más de igualdad social.

Todo esto viene relacionado con las preguntas del primer párrafo porque la medicina, al igual que todo, también está manipulada a más no poder. Las industrias farmacéuticas se forran a costa de medicamentos que no hacen nada, más que aliviar el dolor para dar sensación de mejoría y esto hace que nuestra salud se convierta en nada menos que otro producto de una sociedad capitalista en total decadencia moral.

Personalmente, no me apetece jugar a ver quién tiene más dinero con la salud de las personas. No me apetece despedirme de gente porque todo se haga por y para ganar dinero. No me apetece ver como esas personas se dedican a esto al igual que un niño juega sucio por el afán de ganar. Creo que esta sociedad deja mucho que desear y aún no siendo la persona más indicada para decir todo esto, me gustaría que todo cambiara y se modificara desde cero. Si matar es malo porque debemos apreciar la vida y siempre, desde muy pequeños, nos han esta inculcando valores de este tipo ¿cómo hemos podido llegar al instante actual? 

Se encuentran avances y medicinas que podrían curar muchas de las enfermedades que en este mundo matan cada día a  muchas  personas, pero sin embargo estas no están al alcance de todo el mundo, es más muchas están al alcance de muy pocos o tan siquiera salen al mercado por temas económicos, ¿cómo es que ocurre esto? ¿No es esto una total contradicción contra los valores morales que tanto nos han inculcado desde niños? 

Algo raro parece que está pasando, chicos.

Primera parada (III)

12/08/2013

Ando por aquí de nuevo.

Dicen que la vida a veces te sonríe y sin embargo otras no para de darte patadas.

Hace ya justo un mes que no he escrito nada y la verdad es que han ocurrido muchas cosas y mi nueva vida cada vez está  más cerca.

El miércoles 17 de julio, fui por fin a visitar mi nueva ciudad y después de muchas horas recorriendo pisos encontré el definitivo. Es bastante grande y, aunque recién reformado, es antiguo. Tiene cuatro habitaciones bastante grandes, la cocina, un salón, dos baños y un balcón. Por suerte, fui el segundo en entrar y he podido elegir entre las tres habitaciones que quedaban libres.
 

El tiempo cada vez va más acelerado, cada día observo como todo lo que desde pequeño he visto todas las mañanas al levantarme dejará de formar parte de mi rutina. Recuerdo las calles de esa nueva cuidad donde viviré y aunque ésta sea bastante bonita y acogedora, parece que nada llega a igualar a mi maravilloso pueblo. 

Tantos años deseando irme, tanto tiempo queriendo volar a un lugar lejano y quedarme allí, sin abandonar esto, pero seguir mi vida en otro lugar, y ahora el momento ha llegado y parece que solo tengo miedo. Quiero meterme en la cama y que se detenga el tiempo, quiero recorrer las calles y que nada más que yo transcurra en ese instante. Quiero poder disfrutar al máximo de mis últimas semanas de día a día aquí. 

Sin embargo, a pesar de todo esto, cada día tengo más ganas de marcharme, deseo recorrer también aquellas calles, de esa cuidad lejana. También, tengo ganas de empezar mi nueva rutina sola. Quiero hallar un poco más de mí, al tener que pasar muchas horas conmigo mismo y sobretodo quiero aprender a valerme del todo. Tengo ganas de que llegue ya el día en que me vaya allí.

-Hola, Noé. Tu madre me dijo que pasara.

-Hola, lo siento ando un poco despistado.

-Tranquilo ¿Tienes ya localizadas las fotos de tu nuevo piso?

-Sí, ven, te las enseñaré. Tengo que contarte muchísimas cosas. Espera que guardo el diario.

lunes, 12 de agosto de 2013

Amistad

Amistad. Algo demasiado difícil de definir.

No es que su definición no exista o que hayan millones de cosas que puedan responder a la palabra amistad, sino más bien que cada persona ha delimitado esta palabra  con los límites que ha querido y, ahora, se encuentra un tanto turbia.

Siempre recordaré aquel día contigo en el parque, en el que una niña de apenas once años nos preguntaba si éramos novios, primos, hermanos o que qué éramos sin pensar ni un solo instante en que pudiéramos ser solo amigos. Aquel día dio lugar a una gran reflexión en mí. ¿Cuál es el límite que separa la amistad del noviazgo?

Tengo bastante claro que tú eres mi amigo y no mi novio, pero siempre he pensado cuál es la diferencia entre nuestra relación y la relación que llevaría una pareja. Pero, al hablar de esto, no me refiero a las diferencias sentimentales del uno hacia el otro, sino más bien de las diferencias en cuanto a actuación y relación. 

La más obvia de todas estas está en las relaciones sexuales, que, supuestamente, solo las realizas con tu pareja, pero, tras pasar esta barrera ¿qué más diferencias existen? Contigo salgo a pasear, paso días y días junto a ti, dormimos juntos, te lo cuento todo, te recuerdo habitualmente, tengo un rinconcito de mi solo para ti y para nuestros recuerdos juntos, me encanta ver que estás bien y si no lo estás ayudarte, me gusta en general compartir el máximo de mi vida contigo. Entonces es cuando digo ¿no es exactamente esto lo que también compartirías con tu pareja?

A mi parecer, es algo que tampoco tiene vital importancia, porque sea como sea como llamemos a nuestra relación, sea cual sea la etiqueta el sentimiento será el mismo. Ya van casi tres años desde que empezamos a ser amigos y son tres años en los que han pasado muchas cosas. Siempre hay instantes en los que estamos más unidos y otros en los que apenas nos vemos, pero siempre hemos seguido contándonos todo. Recuerdo aquello que nos unió por completo y el miedo que pasé cuando decidiste compartirlo con la gente, también recuerdo nuestras conversaciones en clave, nuestras risas, millones y millones de fotos y siempre siempre siempre mucho cariño. 

Hemos tenido muchas broncas, pero como buenos amigos, siempre hemos seguido firmes tras ellas. Ahora vamos a separarnos un poco más, pero solo en cuanto a distancia de hogares ya que dudo que también se vaya a distanciar nuestra amistad. ¿Sabes? Quiero contarte algo y ese algo es que una de las razones por las que he decidido traicionar mis palabras y decidir hacer aquello que dije no hacer es por ti. Sé que a partir de ahora se han acabado nuestras conversaciones interminables por fijo, sé que ya no nos vamos a poder llamar la noche antes de PAU para relajarnos, ni tampoco nos podremos contar el temario de historia vía telefónica y es por eso que me traiciono. No quiero dejar de compartir todo esto y muchísimas cosas más contigo, porque por muy lejos que estemos, si los dos lo buscamos siempre podremos sentirnos más cerca.

Aquí tienes lo que me pediste. A.G.G

sábado, 10 de agosto de 2013

Dulce niña.

Todo ello quedó en el aire. Miles deseos atados a tu nacimiento, miles de ilusiones que contigo venían, millones de cosas por hacer y por disfrutar, quedaron atadas en el tiempo de la enfermedad.

Te veo crecer sin pausa, a toda prisa, año tras año, desde aquel día en que naciste y en el que todo el mundo sonrió al verte. Han pasado ya casi 7 años desde aquel día en el que, al fin tras 9 meses de espera, habías llegado al mundo para compartir con nosotros tu más sincero cariño. Son años en los que he estado a tu lado y en los que te he visto crecer recordando a cada instante todo lo que ella deseaba de ti, deseando poder cumplir todos esos sueños que ella quería cumplir contigo, deseando poder explicarte quien era esa chica tan asombrosa. Tú madre.

Ahora tienes una vida diferente a la que cuando se me anunció tu nacimiento creé en mi mente y, aunque por una parte sienta tristeza al pensar en esto, por otra parte me alegro de que tengas personas a tu lado que te estén cuidando y guiando en tu camino.
  
A pesar de que tantas veces a lo largo de este tiempo me haya agotado de jugar contigo y de tus interminables energías, ahora que me marcho siento mucha pena. Sé que voy a pasar mucho tiempo sin verte y que será raro para mí, pero haré lo que pueda para que cada vez que regrese por aquí, pueda compartir aunque sea cinco minutos contigo.

Al igual que supongo que te pasará a ti dada tu corta edad y a tu situación, no sé muy bien que clase de relación tengo contigo, pero tengo bastante claro que eres una niña muy especial para mí y que espero poder seguir compartiendo contigo muchos momentos y verte crecer y disfrutar al máximo de tu vida.

Primera parada (II)

12/07/2013

Hoy escribo de nuevo, ya tengo mi destino.

Esta mañana han salido las listas de las universidades y he visto que he entrado a la carrera que yo quería y en la ciudad que estaba buscando. El miércoles que viene iré a buscarme un piso y a ver un poco la cuidad.

Tras tantos nervios y tanta indecisión encontré la que creo que será mi carrera. Una carrera que engloba todos los aspectos que más me han gustado de estos dos años de preparación. Mis amigos también han decidido y cada uno a lugar diferente y parece que compitamos a ver quién se va más lejos.

Esta tarde para mí ya empieza la nueva aventura. Empieza el buscar un piso por internet, en llamar a gente y en empezar a pensar qué cosas quiero que vengan conmigo allá dónde yo vaya. 

Hoy no me siento con ganas de escribir algo bonito, ni siquiera con demasiado sentimiento, pues son demasiadas las cosas en las que tengo que pensar ahora y también las que debo valorar. 

Esos tres meses de los que hablaba en la última página ya se han reducido a dos y alguna semana. Va pasando el tiempo, empieza la cuenta atrás, la cuenta atrás para llegar al destino que llevo tanto tiempo esperando.

Ahora me marcho a mirar por internet a ver si encuentro algún piso que me guste.

Hoy al fin puedo decir que ya soy universitario.

lunes, 8 de julio de 2013

La cuarta.

Otro adiós más este año, otra estrella de nuevo brillando en el cielo. Otras lágrimas derramadas por alguien que ya no nos va a acompañar.
Es la cuarta que se va en poco tiempo, la cuarta que deja un vacío en nuestro interior que tendremos que rellenar con los momentos pasados, con los recuerdos y con el cariño de todos estos años.
¿Cómo este tema nos puede afectar de éste modo? ¿Cómo puede la marcha de uno empujar a tantos a los llantos y al vacío? ¿Cómo, al mismo tiempo, puede hacernos sonreír?
Éstas son cosas que me he preguntado día a día. Desde el comienzo de la naturaleza la mayoría de las cosas y todos los animales han sido marchitos y sin embargo la muerte sigue siendo una palabra tabú para la mayoría de nosotros. Está más que claro que a todos nos afecta que alguien se marche para siempre, que alguien se vaya y que, en ocasiones, tan siquiera nos haya dado tiempo a despedirnos, pero ¿cómo aún nos afecta hasta el extremo de llevarnos con ellos? La gente se muerte y con ellos se lleva a sus más allegados. No quiero decir que se los lleve físicamente, ni mucho menos que la muerte se apodere de estos también, sino que los deje siendo almas en pena vagando por un tanatorio, un cementerio, unas calles o una vivienda donde tras la marcha, todo parece más grande y más vacío.
No digo, ni mucho menos, que no nos afecte este tema, pero creo que debemos de aprender a aceptarlo cómo algo tan natural como lo es el nacimiento de un niño y que deje, por completo, de ser un tema tabú. Nos seguirá doliendo, pero nos evitará el desmoronamiento.
En poco tiempo he visto como se han ido de nuestro lado cuatro personas, entre algunas otras, que han dejado gran marca en nosotros y,en concreto, dos de ellas, de una manera bastante más dolorosa. Sin embargo, en los cuatro casos, a la vez que hemos roto a llorar por su pérdida, también nos han dado una pequeña alegría, pues han sido cuatro muertes bastante sufridas y que llegados al final del trayecto, más valía que descansaran de una vez por todas y que todos pudiéramos dejar de verlos sufrir. 
Cuando la vida tiende a muerte, cuando ésta vida nos deteriora hasta vivir consumiéndonos en nosotros mismos, hasta qué punto merece la pena seguir en viviendo. 
Hace muy poco nos ha dejado esta cuarta, una cuarta que entre muchas lágrimas también ha dejado una pequeña sonrisa de no sufrimiento. Una cuarta que ha conmocionado un pueblo.

viernes, 21 de junio de 2013

Primera parada.

21/06/2013

Tres meses por delante de muchos nervios en el estómago. Tres meses para pensar en todo lo que nos queda por hacer. Muchos años esperando para llegar a este final que, más que final, es un principio. Es volver a empezar de nuevo, pero desde un punto fijo. Es como la primera parada de un largo viaje.

Tantos años esperando un nuevo cambio, tantos años de nervios al empezar de nuevo y nada comparado con lo que ahora nos espera. Es todo un cambio nuevo, es una lucha interior entre lo que quiero, entre lo que quieren los demás y entre lo que yo esperaba de mi mismo. 

Mis amigos se van lejos y yo no sé que tengo que hacer. Todo lo que hasta ahora había conseguido quedará atrás. Nada de lo que he pasado será comparable con lo que empieza dentro de nada, cuando me quiera dar cuenta habrá llegado ese día que pensaba que jamás llegaría. 

Hoy es un día raro, hoy es un día nuevo. Hoy más nervios que nunca, pero nervios buenos. Nervios de felicidad de haber terminado lo que más deseaba y de estar empezando a ser dueño de mi propia vida (por mucho de que en esta sociedad de libres tengamos poco). 

Y ahora es cuando de verdad digo ¿Qué es lo que quiero?¿Qué tengo que hacer? es más, ¿Qué es lo que deseo? ¿Qué es lo que me gustaría hacer?

Es una decisión un tanto precipitada, una decisión colmada de enfados, de riñas, de confusión, de lágrimas, de histerias... Una decisión de la que luego nos extrañamos de que salga mal para mucha gente. Yo al menos, tengo una noción de qué decisión quiero tomar. Espero que todo salga bien.

-Noé, baja a cenar.
-Voy mamá.

Seguiré escribiendo más tarde.

martes, 4 de junio de 2013

De nuevo puesta al día.

El 16 de junio de 2012, lo conocí y hace unas semanas celebró una de sus primeras victorias. No es una victoria por la que haya recibido un obsequio, ni mucho menos. Creo que más que nada lo que ha recibido a cambio es el gran placer de disfrutar escribiendo y de aprender de sí mismo. 

Aquella noche del 17 de junio, tras unos cuantos mensajes privados por las redes sociales que nos han mantenido en contacto hasta hoy, entré en su blog por primera vez "Reflexiones de un imperativo categórico" y leí su entrada Bailar pegados no es bailar , tras leerla quedé totalmente impactada por la forma de escribir de esa persona que había conocido ese fin de semana y de la que tenía dudas de volver a saber. Este blog comenzó gracias a esa persona, ella me incitó a empezarlo y ver su seguridad al publicar entradas y más entradas, me dio la fuerza necesaria para empezar el mío, pero no es de esto de lo que quiero hablar hoy, quiero hablar de su blog, de su escritura y de ese individuo tan impresionante que conocí aquel fin de semana de junio. 

Como iba diciendo antes, aquella entrada me dejó atónita y me incitó a seguir leyéndole, no puede evitar elogiarle en varias ocasiones porque cada reflexión que leía me dejaba perpleja y totalmente colgada de su escritura y sorprendida de su nivel cultural y capacidad. De aquellos días hasta ahora casi ha pasado un año y sigo leyéndole. Con los exámenes me he desprendido de él y de su blog y hoy, tras un largo rato de lectura, me he vuelto a poner al día y vuelvo a estar disponible para él y para su blog. Hoy aterrizo de nuevo en la tierra y quiero volver a tener contacto con sus clases de escritura, con sus pequeños relatos y con sus reflexiones. 

Cada día sigo asombrándome y preguntándome de dónde has salido, cada día sigo sonriendo al ver que has actualizado tu blog, porque eso me hace estar segura de que sigues ahí y de que no te has rendido. Quiero, más bien deseo, que sigas este camino que empezaste hace un año y por el que has ido evolucionando y aprendiendo. También, deseo que llegue ya ese día en el que me llames y me digas que has conseguido publicar un libro y me faltará tiempo para ir a comprarlo y leerlo, porque esté haciendo lo que esté haciendo será lo primero que haga cuando reciba esa noticia. 

No voy a escribirte nada más por aquí, no voy a decirte más de lo que pienso sobre ti, ni sobre tu escritura, ni sobre tu blog, porque esas cosas prefiero decírtelas a ti directamente cuando tenga oportunidad. Pero, desde aquí quiero darte mi más sincera enhorabuena y darte ánimos para que sigas adelante, con tu blog y con tu persona, porque gente como tú apenas queda y es todo un honor poder estar a tu lado y leerte cada día. 

Nunca dejes de luchar ni de escribir.

Un abrazo.

jueves, 30 de mayo de 2013

Seis más cinco por tres.

Empezaré esta historia como es mítico que empiecen los cuentos:

Erase una vez cinco personas: primera, segunda, tercera, cuarta y quinta. Estas personas guardan una gran relación ligada a un sitio muy especial y también, en muchas ocasiones, odiado donde han pasado sus últimos tres años, ese lugar se llama lugar 1. 

Han sido 5 personas unidas durante un duro viaje de dos años, un viaje donde lo han pasado mal, han tomado el sol a más no poder, han reído por no llorar y han reído porque era la hora de reír, también han llorado, se han gritado, se han desesperado y yo creo que hasta en algún instante incluso se han llegado a odiar un poco, pero a pesar de todo lo han conseguido: han pasado dos años tremendos "tocándose los huevos" e "hincando los codos" juntos.

Primera y segunda ya eran muy amigas de antes, se habían conocido y unido antes. Más tarde durante el primero de los tres años primera y cuarta se empezaron a juntar y también se unieron a ellas tercera y quinta, con los que poco a poco, segunda fue reuniendo más recuerdos en el lugar 2, que se encuentra dentro del lugar 1. En ese primer año, se empezó a forjar una gran amistad y poco a poco fue avanzando.

Llegamos así al segundo año, que fue el primero de una gran locura, de una gran tortura y de una gran felicidad al finalizar. En este segundo año, los cinco quedaron quemados por el sol en "la esquina", donde pasaron gran parte del curso sin importar lo que se estaban jugando. Eran felices en su esquina apoyadas unas sobre otras, sin ningún problema. El resultado no fue tan malo como podría haber sido, pero la mayoría de ellas se llevaron una sorpresita que los haría reencontrarse tres meses después por pura obligación. Aunque, esta obligación resultó innecesaria porque no se abandonaron durante el verano y siguieron juntándose. Tercera estuvo un poco desaparecida, pero primera, segunda y cuarta estuvieron aún más unidas. 

Con el comienzo del nuevo curso, las cinco se volvieron a reunir en el lugar 1 y también en un nuevo objetivo común, que más tarde se convertiría en el lugar 3 y el lugar 4 (aunque el 4 ya había sido frecuentado en verano). Juntos emprendieron, el curso, que al menos para cuarta, fue el reto más grande que hasta ahora se había tenido que enfrentar.

Han pasado un último año un tanto raro, distantes y, a la vez, muy unidos. Enfadados, pero queriéndose mucho. Raros pero juntos en "la esquina" de siempre, en ese lugar 1, en el lugar 2, en el lugar 3 y en el 4. Y hoy, justo hoy 30/05/2013 lo han logrado y cada uno se irá a seguir su vida por separado, pero aún queda un último reto al que primera, segunda, tercera y cuarta deben enfrentarse, pero lo harán juntas como han hecho hasta ahora, porque lo han conseguido, han conseguido superar el reto 1, el objetivo y la circunstancia que los llevó a unirse. 

Quinta, no me olvido de ti, ni eres menos importante, ni has dejado de formar una de las cinco, pero a ti te guardo un lugar especial, porque este año ya no has estado tanto con nosotros y tienes un objetivo distinto, aunque en cierto modo muy parecido. Sé lo conseguirás y estaremos a tu lado aunque no de la misma manera. 

Ahora, ¿chicos os suenan estas palabras: tecnología, muletas, instituto, bachiller de ciencias, física, FECS, cervezas, manifestaciones, huelgas, rizos, tijeretas, idiotas, exámenes, notas, quintos...? 

Enhorabuena chicos, nos queda el último empujón y cada uno tomará su camino, pero esto no es una despedida, porque estoy segura de que en algún instante nos encontraremos gritando en medio de una "mani" o estudiando, o bebiendo cerveza o haciendo lo que mejor se nos da: vagueando. Ánimo para dar el último empujón y de nuevo enhorabuena.

Os quiero mucho.

Han sido seis años de instituto, más cinco personas unidas por tres años increíbles.

sábado, 9 de marzo de 2013

Historias del olvido.



Besó dulcemente sus senos todavía vírgenes y prematuros. Acarició sus mejillas y cada recoveco de su sugerente cuerpo. A pesar de no ser todavía una mujer, su figura estilizada y sensual auguraba unas vertiginantes curvas para cuando la pubertad finalizara. Dieciséis años ambos tenían y, a pesar de su temprana edad, él sintió sensaciones junto a ella que posteriormente no pudo experimentar con nadie más. Era ella su madurez, su firmeza, su sueño, y la amarraba con todas sus fuerzas mientras le hacía el amor, convencido de que así el futuro nunca la apartaría de su lado.

No mucho después, surgieron problemas en su relación y decidieron concederse un descanso. Un tiempo que se prolongaría demasiado. Fueron por riberas de ríos distintos: ella, valiente y decidida, bañándose y dejando que el agua recompusiese todas sus cicatrices; él, inmaduro e infantil, caminó sin descanso lamentándose de lo acontecido en el pasado. Había sido la mujer de su vida y, adulto ya, no se veía capaz de desprenderse de aquella ilusión adolescente. Enrabiado, deseaba olvidarse de ella y volver al punto de partida.

Por desgracia, el olvido lo escuchó y se apoderó de él en cuestión de meses. Le diagnosticaron la enfermedad del no conocer, del no saber, del no recordar. Al fin, desecharía todos los recuerdos en los que estuviera presente ella: su sueño, ya no tan deseado, vería la luz.

Tras recibir tan pésima noticia, se acostumbró a pasear diariamente durante el atardecer por el parque de su barrio. Era otoño y observaba, mudo de asombro, como las hojas se desprendían de sus ramas a la vez que los datos almacenados en su memoria se iban borrando. Caminaba y admiraba con el fin de atarse a ese mundo que pronto no conocería. No obstante, un día, su amor juvenil se cruzó con él. Pudo ver como su cara, antes caracterizada por la belleza eterna y la felicidad, se había tornado en un rostro sin expresión, amargado, abatido.

Sin pronunciar más que un tímido hola, ella se abalanzó a sus brazos y se besaron como hacían hace unas décadas que, en aquellos instantes, se avistaban difusas. Rozó dulcemente de nuevo con sus labios aquellos senos, ahora deshinchados tal vez por tanto pesar en su vida. Acarició sus marcados pómulos que sustituían aquellas sonrosadas mejillas, y contoneó su cuerpo femenino pero maltratado por el tiempo y la soledad. Él la amarró con todas sus fuerzas otra vez, convencido de que, si así lo hacía, el olvido no se la llevaría consigo. Lloraba porque aquellos recuerdos junto a ella, su rostro, su cuerpo, sus caricias, todo se desvanecería. Desafortunadamente, la olvidaría pronto, mucho antes que ella a él y aquello lo colmaba de dolor. No obstante, algo inesperado hizo que emergiera de sus pensamientos y refutara todas aquellas ideas infundadasElla le miró a los ojos, esbozó una mueca -sin reconocer- y pronunció la más temida e inusual cuestión: Y tú... ¿Quién eres?.




Siempre he estado al lado de ella y en realidad no la conozco nada, ni podré conocerla. Recuerdo aquellos paseos tras la salida del colegio cuando iba junto a mi madre y ella de camino a su casa a regar las macetas, recuerdo aquel mueble mojado siempre tras su intento de mantener sus plantas vivas. También recuerdo los interminables momentos jugando al parchís, las búsquedas cuando se iba y se perdía, las horas cuidándola, los días a su lado y los momentos compartidos. Han sido diecisiete años intensos que mucha gente cuestionaría si han merecido la pena o no. Quién sabe. Bajo mi punto de vista años maravillosos pasados a su lado. 

Cuando yo nací ella ya estaba enferma y he aprendido a vivir junta a esa persona que en un principio solo recordaba aquello que hacía más de cincuenta años que había ocurrido y que más tarde no recordaría nada. Los años han pasado y la verdad es que los primeros catorce fueron bastante diferentes a lo últimos. 

En aquellos primeros años había más familiaridad, aún nos recordaba, te cantaba canciones, te contaba cosas y podías intuir una pequeña porción de su ser dentro de aquel cuerpo marchito que poco a poco iba llenándose de arrugas y deshaciéndose de recuerdos. Recuerdo que muchas noches me enfadaba pensando en qué era lo que le pasaba, no era capaz de entender por qué aquella persona siendo mayor, no era capaz de aprender nada y cada día lo olvidaba más todo.Más tarde, conforme fui creciendo fui entendiendo que era aquella enfermedad que provocaba que esa mujer no fuera nada de lo que me decían que era. Aquella demencia senil que la fue devorando con los años.

Hace más o menos tres años, pasó de vivir de casa en casa a vivir en una residencia. Fue la mejor opción, allí tenía todo lo que necesitara a cualquier hora del día y allí podía recibir los cuidados necesarios. Estos años son los que mejor recuerdo, son años que he pasado yendo a verla, yendo a las fiestas que allí se organizaban y disfrutando cada día que la visitaba como si fuera el último que pasara con ella. Pero este último año todo cambió, ella quedó encamada, ya no la levantaban más que un ratito por la mañana, había días que ni abría los ojos y con el tiempo vi como se degradaba por completo. Su mente hacía años que estaba deteriorada y que ya no recordaba nada, más que fragmentos de canciones que no sé muy bien por qué, siempre hacía la mención de cantar si se los recordabas un poco. Y su cuerpo se iba consumiendo. 

Recuerdo aquel último día que la vi. Nada más entrar a aquella habitación en penumbra, vi sus ojos marchitos. En su rostro había una expresión que indicaba justo lo que hacía meses, ya sabíamos que ocurriría tarde o temprano. Con un simple vistazo sabía que no duraría más de esa semana. Compartí aquel rato de una forma especial con ella, bien sabía que sería el último. Le dí yo la cena y al despedirme, como cada día le di un beso en la frente. Aquel fue mi último contacto con ella, mi último adiós, mi despedida.

Juntando todos estos recuerdos y valorándolos junto todo lo que aquí no he podido escribir, todos ellos forman una bonita historia, forman nuestra historia. Una historia que jamás me arrepentiré de haber vivido, aunque los últimos años, no merecieran la pena por su sufrimiento. ¿Sabéis que día murió? El viernes de esa misma semana, el día de mi cumpleaños. Pensad lo que queráis de mí, pero yo creo que su muerte fue un regalo de ella para mí, pues aunque me apenara mucho despedirme, era lo que más deseaba. No quería que ella sufriera más.

Sus recuerdos, los guardamos sus familiares en montones de imágenes y sonrisas que compartimos juntos. Yo, personalmente, escribo su historia del olvido y la recuerdo cada día, por todos aquellos que ella jamás alcanzó a recordar.

Para mi iaia.



miércoles, 6 de marzo de 2013

Mi historia (II)

Sigo sentado en el mismo lugar, mirando hacia el inmenso mar, donde comencé a escribir ésto. Han pasado dos horas y no logro encontrar ese trocito de mi que me haga encontrar la persona que realmente soy. He pensado y recapacitado cada uno de mis pensamientos, pero nada. No encuentro nada. 

Mi infancia fue ajetreada dentro de lo normal, pues me mudé varias veces y bueno, los problemas en casa, como en todas, siempre han estado. Pasaba la vida con mi hermana, salía de vez en cuando a jugar a la play o bien un partido de fútbol con los amigos, pero nada más allá de eso. Años en un barrio años en otro, conocer a gente nueva y empezar desde cero varias veces.

La vida muchas veces sorprende, a día de hoy no esperaba que mi vida diera un giro de 180 grados en algo menos de una noche, pero lo dio. Sigo siendo el mismo, pero ahora estoy más lleno, parecía que todo era mucho más vacío, parece que nada tenía sentido, pero ella se lo dio. Todo recobró su color y su vida. Sí, suena muy típico pero así fue. Una sorpresa inesperada. Pero no es esto a dónde quiero llegar. 

Recuerdo aquellos viajecitos a la montaña con mi padre. Bañeres, Agres... Fueron tiempos más relajados, pasear y divertirme, pues era un crío. No es que antes de que el muriera las cosas estuvieran tranquilas y pacíficas, sino más que bien que parecía que al menos el temporal pasaba de vez en cuando.

Sí, hice lo correcto, marcharme fue lo mejor, aunque eso me haga estar lejos ahora de ella. No quiero volver a ese infierno al que no puedo llamar hogar. ¿Qué hubiera pasado si siendo un niño hubiera tenido la oportunidad de saber reflexionar y haberme decidido a hacer algo entonces? Quién sabe que habría pasado.
Igual ahora sería más feliz, igual habría vivido otra vida distinta, igual ahora sería otro más que sigue a esta sociedad y no piensa más que qué ropa ponerse cada día. No, me gusta ser quien soy. 

Solo un chico más, pero un chico algo distinto, un chico que quiere ser alguien. Con esto no me refiero a ser reconocido por todo el mundo, sino a ser alguien como persona, a formarme por completo, a lograr mis metas y sonreír a esta vida. Lograr que cada segundo de mi vida sea completo y feliz. Lograr vivir al máximo, siendo una persona que no forma parte de ese conjunto, siendo simplemente yo. Y sobre todo, estar con ella. 

lunes, 11 de febrero de 2013

Mi historia. (I)

Hace un rato que decidí salir a la calle a dar una vuelta. El frío y la clara lluvia empapan las calles de una inmensa tristeza hoy. Este año está suponiendo un cambio en las personas (o al menos eso quiero pensar). No sé si es un gran cambio que nos llevará a algo mejor o quizás solo un pequeño cambio que quedará ahí como algo insignificante. 

Hace dos días tan siquiera pensaba que hubiera algo más importante en que pensar que en qué carrera me gustaría estar dentro de unos años. No digo que esto no sea importante, pero a día de hoy, me doy cuenta de que en estos momentos y en esta situación jamás me había parado a pensar que más que qué carrera me gustaría cursar, debo pensar en cómo voy a poder realizar esa carrera. 

Personalmente, hace un año que empecé mi vida de universitario. Pensaba que las cosas serías mejores, más divertidas, más fáciles, más como a mí me gustarían, pero la verdad es que el primer año fue un poco desastre. No es que no me lo pasara bien o que no aprendiera absolutamente nada, es más aprendí mucho aunque no sobre mi carrera, sino que aprendí como persona. A nivel de estudios, un año perdido, como diría mucha gente. 

Este año comencé de nuevo, la misma carrera pero con más ganas y con diferentes pensamientos. Sigo queriendo darle un giro a mi vida, pero ahora veo las cosas de diferente color. He conocido gente nueva y digamos que estoy viviendo algo que no esperaba vivir, pero eso no es lo que importa aquí. Sigo siendo el mismo chico soñador, con ideales, buscando cambiar todo aquello que no me gusta y disfrutando de los pequeños placeres de la vida, pero de vez en cuando hago algo que nunca me había parado a pensar antes ¿Cómo he llegado hasta aquí?

No es que nunca me haya parado a pensar en mi pasado o que no recuerde mi infancia, sino que nunca me he parado a pensar en por qué me siento diferente a los demás, por qué pienso diferente a la gente que me ha rodeado toda mi vida y por qué me he convertido en la persona que ahora soy. Hay una respuesta fácil y rápida: no quiero ser como ellos. Pero creo que puedo encontrar algo mejor si busco dentro de mí. 

miércoles, 30 de enero de 2013

Vidas ajenas. (Parte 4)

Mi vida iba cambiando y cada vez estaba menos centrada en ella, aunque no me daba cuenta. Los ratos libres en los que estaba en casa me los pasaba pensando en lo que me había dicho éste y lo que me había dicho aquel.

La sociedad me repugnaba y agobiaba. Esta nueva ocupación se estaba apoderando de mí, de mi vida, la cual había empezado a vivir en sociedad hacía relativamente poco tiempo. Al principio de mi salto a la calle, no conseguía entender porque no había querido salir en tanto tiempo, pero al empezar a escuchar a los demás me dí cuenta de por qué era. No me gustaba el consumismo que había inculcado en las personas, no me gustaban los chismorreos, ni las fiestas, no me gustaba el ambiente, me desagradaba todo lo que giraba en torno a esta población.

Los días se fueron apagando, las vidas ajenas inundaron mi vida, sola, triste, con miles de historias de otras personas rondando por mi cabeza, pasee por las calles de una maravillosa ciudad. Observando cada uno de mis pasos y también los de los demás, analizando cada cosa con total cautela y dedicación, admirando cada detalle y dándome cuenta de que jamás había vivido plenamente mi vida desde que decidí salir de casa, sino, todo lo contrario, había decidido vivir por los demás.

Las horas pasaron lentas aquella noche. No dejé de caminar. Recorrí sentada frente al mar toda mi vida en imágenes formadas de recuerdos. Lloré cada lágrima que un día había decidido encerrar en mi interior. Reí cada instante que en su momento olvidé reír y sobretodo reflexioné. Reflexioné acerca de esas personas que en mi habían depositado su confianza y tras mucho pensar llegué a la conclusión, tal vez un poco egoísta, de que todo iba a acabar, que ya no quería seguir por ese camino, que aquello que en un principio fue mi mayor sueño, se había convertido en mi peor pesadilla y había olvidado por completo quién era.

Anduve hasta la estación y espere el primer tren. Él decidió dónde iba a empezar de nuevo mi camino y tomé la decisión de que de ahí en adelante me dejaría en manos del destino, si es que existe.

lunes, 14 de enero de 2013

Vidas ajenas. (parte 3)

Acepté el trabajo, pensando que sería algo muy agradable que haría con total simpatía. La gente acudía sin cesar y parecía que todo iba muy bien. El café a las cuatro de la tarde, la hora en la que estaba establecida la lectura y el debate, día a día, se hallaba lleno. Venía gente de todas edades e incluso empezaron a pedir nuevos horarios, ya que la gente que trabajaba no podía asistir.

Tras dos o tres meses desde el comienzo de esta gran aventura, decidimos abrir un nuevo horario y cambiar un poco la forma de trabajar. En un principio las lecturas eran a nivel general, para todo aquel que quisiera escuchar, sin diferenciar entre edades, pero con el nuevo cambio decidimos que se harían lecturas más adaptadas para niños y otras de nivel más avanzado para adultos. Tanto en unas como en otras, como en las que seguían siendo más o menos adaptadas para todos, podía entrar todo aquel que tuviera interés, no se prohibía la entrada a nadie, pero pensé que de esta manera los debates podrían estar más amoldados a las personas.

La gente venía sin cesar, el éxito obtenido era increíble y por primera vez en mi vida, me sentía con ilusión y con ganas de vivir. Un día, tras la lectura y el debate de las nueve de la noche, una mujer me pidió si podía hablar conmigo un momento y yo, pensando que era alguna duda personal sobre el debate de hoy, acepté sin problemas. La mujer pasó cerca de veinte minutos contándome las cosas que le estaban sucediendo y buscando en mí una contestación y solución a sus problemas y aunque ese no era mi trabajo, la ayudé encantada e incluso quedamos al día siguiente para poder hablar más tranquilamente ya que a esa hora, las ganas de irnos a casa superaban a las de solucionar los problemas.

La tarde siguiente, hablando con esa chica, ésta hizo gran hincapié en meterse en temas más personales, pero cuando me dí cuenta, ella me estaba contando la vida de otras personas. Este dato empezó a molestarme. Había pasado mi vida, hasta ese momento, totalmente fuera de la sociedad y aún me costaba entender que la gente cotilleara así sobre la vida de los demás, ya fueran familiares, amigos vecinos... No la interrumpí, pero cuando acabó de hablar le expliqué, que yo estaba encantada de hablar con ella y de intentar ayudarla, pero solo hablando de ella, no quería meterme en temas que no nos involucraran a ella y a mí.

Pronto se corrió la voz de que había estado ayudando a esta muchacha y poco a poco, sobretodo las mujeres aunque también algunos hombres, empezaron a acudir sin cesar, después de los debates, a buscar consejo en mí. Al principio no me molestó, pero poco a poco pude observar como mi vida se iba llenando de vidas ajenas.

lunes, 7 de enero de 2013

Vidas Ajenas (parte 2)

Con el paso de los días y los paseos por las calles, por los barrios y lugares donde la gente "normal" pasaba los días, fui encontrando a gente y aunque fue poca la que me reconoció, poco a poco, se fue corriendo la voz de mi vuelta a la vida.

Empecé a quedar con la gente, empecé a hablar, a contar lo que había aprendido e incluso me propuse encontrar un trabajo cara el público. La verdad, es que no me sentía del todo cómoda con gente a mi alrededor pero, poder ayudar y sobretodo poder transmitir mis conocimientos, de una forma alternativa, a todo aquel dispuesto a escucharme.

Pasé unos cuantos días con una vieja compañera de clase, Indira, que se prestó a ponerme al día sobre la actualidad con respecto a todos los ámbitos que podían despertar mi interés y tal cómo me sucedía  con el resto de personas, al final, era yo quien acababa contando algo que había leído por ahí o citando a algunos de mis autores favoritos. Un día, unas semanas después de estos días con Indira, ésta me llamó diciéndome que tenía una urgencia que me reuniera con ella en el menor tiempo posible en el café de toda la vida.

En sólo cinco minutos  me presenté en la puerta del café, Indira me esperaba en la puerta, ansiosa y con una sonrisa de oreja a oreja, junto a la dueña del local. Me la presentó y me dijo que me habían llamado porque hablando de mí, se les ocurrió la idea de hacer, dentro del mismo café, jornadas culturales para ofrecer a todo el mundo la cultura que cada vez se alejaba más de la educación de la escuela. En un principio no entendí porque me estaban contando a mí esto, ni porque me llamaban con tanta urgencia, pero unos minutos más tarde me estaban ofreciendo, el que creí que sería un sueño hecho realidad. Pero, en muchas ocasiones, la realidad supera la perfección de los sueños.