21/06/2013
Tres meses por delante de muchos nervios en el estómago. Tres meses para pensar en todo lo que nos queda por hacer. Muchos años esperando para llegar a este final que, más que final, es un principio. Es volver a empezar de nuevo, pero desde un punto fijo. Es como la primera parada de un largo viaje.
Tantos años esperando un nuevo cambio, tantos años de nervios al empezar de nuevo y nada comparado con lo que ahora nos espera. Es todo un cambio nuevo, es una lucha interior entre lo que quiero, entre lo que quieren los demás y entre lo que yo esperaba de mi mismo.
Mis amigos se van lejos y yo no sé que tengo que hacer. Todo lo que hasta ahora había conseguido quedará atrás. Nada de lo que he pasado será comparable con lo que empieza dentro de nada, cuando me quiera dar cuenta habrá llegado ese día que pensaba que jamás llegaría.
Hoy es un día raro, hoy es un día nuevo. Hoy más nervios que nunca, pero nervios buenos. Nervios de felicidad de haber terminado lo que más deseaba y de estar empezando a ser dueño de mi propia vida (por mucho de que en esta sociedad de libres tengamos poco).
Y ahora es cuando de verdad digo ¿Qué es lo que quiero?¿Qué tengo que hacer? es más, ¿Qué es lo que deseo? ¿Qué es lo que me gustaría hacer?
Es una decisión un tanto precipitada, una decisión colmada de enfados, de riñas, de confusión, de lágrimas, de histerias... Una decisión de la que luego nos extrañamos de que salga mal para mucha gente. Yo al menos, tengo una noción de qué decisión quiero tomar. Espero que todo salga bien.
-Noé, baja a cenar.
-Voy mamá.
Seguiré escribiendo más tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario