sábado, 21 de diciembre de 2013

Esto no son más que despedidas.

El tiempo para muchos ya empieza a correr hacia atrás.

Parecía que la generación pasada era invencible, que el reloj no podía correr hacia atrás para ellos, que sus agujas estaban paradas y que no se les acabaría el tiempo, pero en un abrir y cerrar de ojos nos hemos topado con la realidad ante nosotros:
La generación sempiterna prácticamente ha desaparecido, ha sido derrotada por los años y la vida y nos encontramos con que ahora hay una generación menos y una nueva que ya ha comenzado su cuenta atrás.

Nos encontrábamos hace nada ante 5 generaciones, muy diferentes, que parecían estar a años luz unas de otras, pero que sin embargo no estaban más que a unos milímetros. Ahora que ya se ha agotado la primera generación, la segunda se ve terriblemente amenazada y está algo aturdida. Se les empiezan a caer las primeras murallas y luchan e intentan construir fuertes por todos los lados, pero éstos, todo lo contrario que sus ancestros, no parecen inexpugnables. 

Hace poco menos de un mes, calló una de las más grandes murallas y se llevó a uno de los más valientes luchadores, un luchador que a la vez era el bufón de la corte. Esta tragedia ha afectado terriblemente al resto, ahora se encuentran abatidos y asustados, saben que si él ha podido caer quiere decir que para ellos el tiempo también es finito.

Esta perdida va a suponer algo muy grande y muy duro, no solo para esa segunda generación que ahora está algo vacilante, sino para todos, para todos los que venimos detrás y hemos perdido esa gran muralla. La verdad es que no sé que era más importante para la batalla, si la muralla o el luchador, lo que sí sé es que esto no va a poder pasar desapercibido para nadie. 

La voz más pequeña aún llora en un rincón, esperando que algo o alguien le devuelva todo lo que ya se ha llevado de su vida. La más anciana se encuentra en su más alto nivel de fuerzas para luchar, pero puede que esto solo sea un caparazón. Y los de en medio, creo que vivimos cegados por los llantos de la pequeña y por el miedo a que las fuerzas de nuestros superiores se desmoronen. 

Así, en unos días nos hemos encontrado perdidos y con la marcha de uno, hemos caído todos. Sé que volveremos a resurgir, que volveremos a tener fuerzas y que, aunque no llenará el vacío, encontraremos a un suplente para cubrir y construir de nuevo esa muralla, pero ahora toca pasar lo malo, sufrir la pérdida y la desidia, para luego rebrotar con  más ganas que nunca. 

Nos nos rindamos, es todo lo que puedo decir y sobretodo recordad que aunque ahora el tiempo para muchos empiece a correr hacia atrás, aún queda mucho que recorrer, mucho que vivir y mucho que disfrutar. 

La batalla no ha hecho más que empezar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario