domingo, 4 de noviembre de 2012

Luchar.

Cuando todo acaba, cuando ya no quedan fuerzas, cuando todo se vuelve oscuro, cuando la vida se muestra deshecha,  entonces es el momento de salir. Es el momento de salir de ese profundo agujero es el momento de romper los límites de lo imaginables y siempre hay una razón para ello.

Muchas veces nos cerramos en que hay cosas que jamás podrán ocurrir y dejamos de perseguirlas. Nos acobardamos ante una vida que está hecha para luchar, para vivir y para sentir. Pero sin embargo, la panda de cobardes que vivimos esta vida, dejamos de luchar por lo que queremos y nos prohibimos a nosotros mismos sentir. El miedo va marcando nuestro camino y nos dejamos guiar por él, dejamos que las cosas sigan el camino fácil, el camino por donde vamos seguros y nuestra mente no tiene que hacer nada más que gozarlo, pero olvidamos la satisfacción del esfuerzo, la satisfacción de superar nuestros peores temores y de luchar y conseguir lo que queremos.  Por otro lado, nos negamos a sentir, nos negamos más bien a aceptar que sentimos, todo porque los sentimientos muchas veces acaban en dolor. Nos cerramos en esa parte negativa, nos cerramos en que si sentimos acabaremos jodidos y también olvidamos lo bonito que es sentir. 

¿Creéis que así podremos lograr algo? Viviremos bien, sí. Pero, jamás sentiremos la satisfacción de sentirnos realizados y ya no solo eso, si no que jamás sentiremos la increíble sensación de sentirnos bien luchando por nuestros sueños, porque lo que queremos y por lo que estamos aquí.

Abandonaré cuanto esté en mis manos a mi paso que no me deje seguir el camino que quiero, dejaré los miedos de lado, dejaré todo aquello que me lleve por el camino erróneo y me centraré en hacer lo que realmente quiero. Tengo claros cuáles son mis propósitos ahora y qué tengo que hacer para lograrlos. Igual alguno de ellos no me satisface al alcanzarlo, pero siempre estaré feliz por ello, porque al menos habré logrado mi objetivo, habré luchado por lo que quiero y habrá merecido la pena por el simple hecho de que era mi sueño y de que he logrado alcanzarlo. Y tal vez, a veces, luchemos por las cosas menos importantes o incluso luchemos por cosas que no valen la pena, pero si es lo que queremos ¿por qué no arriesgarnos? ¿por qué no dejarlo todo y empezar de nuevo? ¿por qué no cambiar de aires? ¿por qué no luchar? 

Dejar de decir que todo saldrá mal, porque no lo sabéis, no sabéis que va a pasar y la vida trae muchas sorpresas. Igual todo, realmente, es un utopía dentro de nuestras propias cabezas, pero ¿y si cambiamos esa utopía y la hacemos realidad, le quitamos todo el significado a la palabra y hacemos lo que ahora queremos, lo que deseamos y por lo que tenemos claro que vamos a luchar?

Lucharé, resistiré, disfrutaré y ganaré. 

5 comentarios:

  1. Me encanta, sin duda tienes mucha razón. Transmite mucho positivismo. "Vini, vidi, vici", dijo Julio César y consiguió su propósito.

    ResponderEliminar
  2. Hay que llevar algo de cuidado con lo que se persigue con lo que se sueña, porque la frustración de no haber conseguido lo que se quiere después de mucho tiempo luchando por ello puede ser bastante más grave que el hecho de no perseguirlo. No confundir, no digo que no se luche, o que no se persiga lo que uno quiera perseguir si eso le hace feliz, digo que se persiga algo, aunque sea mínimamente sensato, o acabará dándose un hostiazo del que igual no se levanta. Ejemplo:
    Saltar desde la estratosfera, sí, para el flipao ese.
    Saltar desde Marte, no, para nadie de nuestras generaciones.

    ResponderEliminar
  3. Rubén Pardo: Sí, pero eso ya lo he dado por supuesto, está claro que hay cosas que no se pueden dar y si luchas por ella acabarás mucho más frustrado de lo que puedas acabar por no intentarlo. He supuesto que la gente que me lee es lo suficiente sensata para sobreentender esto.

    ResponderEliminar
  4. Rubén: Muchas gracias! :)y a ti personalmente te digo, lucha porque lo que quieres.

    ResponderEliminar
  5. Ya, aún así no es tan fácil saber que es sensato y que no, marcar la frontera es complicado, hay que llevar cuidado, no creo que la gente que te lee (incluido yo) sepa distinguir bien que es sensato y que no.

    ResponderEliminar