Demasiadas personas vienen y van constantemente de nuestras vidas. Tanto los familiares, los amigos y las parejas unas veces están y otras se marchan. Es el ritmo de la vida, es el camino que tenemos que seguir.
Muchas veces, ante las adversidades, me he planteado si merece la pena seguir y si merece la pena luchar por personas que nunca han dado nada. Si de verdad merece la pena seguir gastando energías y tiempo en dar, a personas que no lo dan, todo tu cariño o afecto. Y muchas veces he llegado a la conclusión de que no lo merecen. Está claro que siempre hay excepciones y hay personas que simplemente no saben darlo, por las circunstancias que sean, pero no saben o les cuesta mucho y ellas si merecen tu cariño. Pero ante personas que no tratan bien a los demás y personas que no quieren compartir estos momentos contigo, creo que es mejor dejarlas pasar.
Pero esto no sucede solo en cuanto a las personas que no nos dan nada, también por las personas que sí dan pero, a veces, solo en un momento de nuestras vidas. Nunca podremos saber si alguien va a estar a nuestro lado para siempre, pero sí podemos saber cuando una persona está a nuestro lado y nos quiere dar todo. Por estas personas deberíamos de empezar a ser un poco más humanos y enseñarnos a dar y también a recibir, a no rechazar unas palabras de cariño, porque esas personas serán las que cuando lo necesites estarán a tu lado y entonces, ahí cuando quieras recibirlas, ya no te las darán.
Estas personas muchas veces no se quedan a nuestro lado para siempre y normalmente, aunque hay algunas que permanecen, van cambiando constantemente al lo largo de los años, pero eso no les quita importancia. Cuando tenemos a alguien a nuestro lado, a alguien que nos quiere, que nos acepta y nos cuida, debemos respetarlo y darle lo mejor que podamos. Hay momentos en los que tendemos a no querer saber nada de la gente, a apartarnos de aquellos que nos rodean por miedo a que después desaparezcan, pero creo que merece la pena arriesgarse, merece la pena dar un poco de cariño a los tuyos, porque por muy independientes que queramos ser, habrá momentos en los que necesitaremos que haya alguien a nuestro lado. Esto no quiere decir que no podamos seguir adelante si estamos solos ante nuestro camino, con esto solo quiero decir que, en la mayoría de los casos, las cosas se hacen más llevaderas con un poco de apoyo. Todas las personas que hoy tenemos a nuestro alrededor están ahí porque algún día nos abrimos a conocerlas a aceptarlas. Creo que deberíamos de dejar de temer lo que pasará después, de temer dar a la gente por si no recibimos, porque perdemos millones de oportunidades solo por miedo a que después desaparezcan. Arriesgarse a luchar por una persona puede ser una pequeña tortura en un determinado momento, pero si no lo hacemos nunca, perderemos esa sensación maravillosa de conocer a gente estupenda que nos hará compartir con ellos millones de momentos únicos y especiales, que nos harán vibrar, sentir y emocionarnos, momentos que formaran parte de nuestra vida, momentos que nos realizarán como personas, momentos por lo que merece la pena luchar.
A todo esto, si perdemos la oportunidad de ganar el cariño de una persona, al menos que no sea porque no lo intentamos.
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