miércoles, 29 de octubre de 2014

Un nuevo día.

-Mañana será un nuevo día en el que todos podremos gozar de otro montón de horas para disfrutar o para amargarnos en nuestra propia existencias. Las dos opciones no están nada mal, ahora sólo nos queda deciros por alguna de ellas.

-No entiendo, profesor.

-Adelante, pregunta Andrea, ¿qué es lo que no comprendes?

-No entiendo por qué va a ser bueno pasar un día amargándonos en nuestra propia existencia. ¿Eso no sería malo?

-Quizá para ti así lo sea, para mí no es un mal pasatiempo.

-¿Pasatiempo?¿Los estados de ánimo son pasatiempos?

-Explícame por qué no lo iban a ser Esther.

Los alumnos al oír esta respuesta, por alguna  razón que el profesor en un primer momento no alcanzó a entender, se revolucionaron y empezaron a armar barullo entre millones de ideas y comentarios que surgían de sus adolescentes mentes recorriendo toda la sala.

-Silencio, por favor,-recriminó el profesor, tratando de devolver la palabra a la alumna que en estos instantes se mostraba muy interesada en responder a la explicación antes solicitada.-Vamos a escuchar a nuestra compañera, pero, al tiempo que las escucháis quiero que vayáis anotando en un cuaderno las palabras clave de su explicación que os resulten más interesantes o que causen algún tipo de polémica para vosotros, ya que, al finalizar la clase, cada uno de vosotros tendrá que redactar una respuesta hacía Esther, Por favor, adelante con tu explicación. 

-Pienso, que un estado de ánimo o un sentimiento jamás podrá ser un pasatiempo. En primer lugar, porque no lo decidimos nosotros, sino que está en nosotros. Además, no nos lleva a la diversión, al ocio, ni al simple echo de conseguir que el tiempo pase de una forma más amena, sino que nos lleva a todo lo contrario (sobretodo cuando nuestro estado de ánimo nos enfoca una forma negativa de ver las cosas) o a un estado de falsa euforia que no nos suele durar demasiado.

Se quedaron las palabras de la alumna en el aire por unos minutos en los que nadie sabía si retomaría su argumento o si eso había sido todo por el momento.

-¿Has terminado, Esther?

-Sí, es todo.

-De acuerdo,-continuó el profesor- espero que cada uno de vosotros haya conseguido encontrar un modo de seguir con esta conversación, tanto si es en favor de la alumna como en contra. Ahora, cada uno de vosotros anotará sus palabras clave de forma totalmente anónima o no, como queráis, en una de las notas colgadas en el tablón y más tarde, en casa, realizaréis vuestra respuesta, Por el momento aquí os dejo las mías: decidimos, estado de ánimo, sentimiento, pasatiempo, negativa, falsa euforia.

-Profesor, yo más o menos tengo las mismas que tú ¿Pasa algo?

-No os preocupéis, el próximo día lo examinaremos todo con más precisión, por el momento, hacer lo que os he dicho y veremos que resulta. 

Así el profesor dejó a sus alumnos sin entender cuál sería el propósito de esta actividad y se marchó tranquilamente hacia la sala de profesores.

lunes, 11 de agosto de 2014

Egoísmo en cada esquina.

Buscando y rebuscando uno al final haya lo que esperaba encontrar.

Una historia plagada de desventuras, de errores, de secretos y de miedo. También supongo que en más o menos una historia con sus buenos momentos. Cómo unas personas llegan a conocer a otras, cómo podían andar de acá para allá tan fácilmente sin nuestras comodidades de hoy, cómo podían llegar a hacer tanto por sus más queridos y cómo vivieron toda vida que a día de hoy nos parece infumable.

Es bonito, aunque a veces triste, recordar todo lo que en este siglo atrás ha sucedido, cómo lo han tenido que pasar los nuestros para que hoy por hoy seamos quien somos y estemos donde estemos. Es gratificante encontrar a alguien que sin preguntar responda a muchas de las preguntas que te han rondado en la cabeza, que te cuente y que te haga sentirte mucho más cerca de todas las personas que te han precedido, aquellas que no has conocido, pero que han hecho que hoy por hoy tú familia sea la que es, se halle donde se halle y piense lo que piense. 

Más de 50 años resumidos en un par de horas de conversación la cual me lleva a entender mucho de lo que me rodea y me hace encontrarme a mí misma en un aquí y ahora. Una historia que normalmente piensas que solo pasa en las películas y que se encuentra muy lejano a nosotros y de momento te encuentras que es real, que ha sucedido y que no se aleja de ti más que un par de generaciones. 

Increíble sensación de sentir todo lo vivido y de descubrir. 

Mi más sincero agradecimiento a quién ha hecho posible que haya encontrado una historia que daba por perdida, una historia que pensaba que jamás escucharía y que quedaría para siempre en la incógnita, encerrada en los años de silencio.

martes, 5 de agosto de 2014

Vuelve y cuando vuelvas yo volveré contigo.

Son muchas las interpretaciones que podemos darle a las palabras, son muchos los momentos que significan cosas diferentes para cada persona. Pero, a pesar de todo esto es importante que aprendamos a entendernos al menos con aquellas personas que realmente son importantes para nosotros. 

Hace dos años y casi dos meses conocí a la persona más maravillosa del mundo, a un chico que me hizo poner mi vida patas arriba, al menos dentro de mi cabeza, y que me cambió mucho, sin embargo a día de hoy no estoy segura de que de verdad nos hayamos entendido tanto. Es por esto por lo que me planteo que es importante hablar y decir lo que uno siente y piensa, pues quizá algo bonito quede en el olvido por éste error que los humanos tendemos constantemente a cometer.

Después de este tiempo hablamos y decidimos que están pasando cosas, que la vida nos está llevando hacia caminos muy distintos, que quizá en algún momento pensamos que conforme nos hiciéramos mayores seríamos más independientes y que eso nos ayudaría a estar más cerca, pero no ha sido así. Hemos crecido y tomado en gran parte las riendas de nuestra vida y nos hemos hecho más independientes de nuestros padres que nos ataban y nos impedían correr, pero esto no ha salvado nuestras distancias, no ha evitado la pérdida de contacto, no ha conseguido que estemos más cerca, sino mucho más lejos. Hemos corrido, cada uno hacia nuestro lado y siguiendo nuestro camino, un camino que quizá pudiera ser el mismo, pero por desgracia es prácticamente opuesto. 

No dudo de que nos queramos, no dudo de que siempre nos vamos a recordar, pero sí dudo de si estamos dejando algo en el camino y lo que más me preocupa es pensar en si habremos dejado algo muy importante de lado y nos hemos perdido algo muy bonito por pura idiotez. Es esta la cuestión que me lleva loca. 
Sigues enredando mis pensamientos como aquel 16 de junio de 2012 en el que te conocí y en el que comenzó algo que aún no sé como definir.

Nos queda una conversación pendiente, un par de canciones, un abrazo y quién sabe lo que vendrá después. Tengo la seguridad de que llegará, tal vez este verano o tal vez en 30 años, eso no lo sé, pero nos quedará pendiente para siempre. 

Disfruta de tu camino, con o sin mí, pero hazlo, prométemelo. 

Atte, una chiflada que no dice más que incoherencias a un loco de las letras y las palabras que intenta entenderla.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Moros i Cristians. (I)

Ja tornem a escoltar els tirs al carrer que ens indiquen el començament de les festes un any més.

Demà a la nit, quan el dia ens indique que vol acabar, començaran al meu pobles les festes de Moros i Cristians. Amb el començament d'aquestes festes tornarà la música, la gent als carrers i l'olor a pólvora que caracteritza aquest inici. Com tots el anys el poble al que mai veus una persona al carrer s'omplirà de gent ansiosa per desfilar o veure pasar els desfilades i els passa carrers. Tornaran les salutacions que soles ocorren durant estos cinc dies i tornaran de nou les falses amistats, però no tot és hiporcresia, també tornarà l'alegria de viure o veure les festes i l'emoció de les noves capitanies per disfrutar el seu any junt a tota la comparsa i la seua gent.

Cinc comparses de moros i cinc de cristians, cadascú amb els seus però tots per la mateixa raó. Tothom busca poder disfrutar d'aquestes festes tan especials que any tras any han omplit els nostres carrers de sonrises, de llàgrimes d'alegria (encara que alguna també de tristor), de pluja en moltes ocasions, de sol i sobretot d'emoció.

Moltes vegades m'he qüestionat què serà açò que ens fa unir-nos tant quan arriven les festes i encara que sé que per part de molts és solament una falsa, per a altres és l'unió de les nostres arrels. Les festes han perdut prou del seu significat inicial, és més, probablement moltíssims festers no sapiguen el significat històric d'aquestes festes, però al menys per a mi aquesta raó no lleva la felicitat de tornar a vore la música als carrers.

Després de molt pensar en els pros i els contres d'estos cinc dies he decidit quedar-me amb les coses bones. Quedarme amb la felicitat dels festers, amb els records de 14 anys sortint en les festes i tres que he pogut disfrutar veient-les.

M'agrada veure les bandes de música donant-li al poble un aire més alegre, el colors dels trages que amb tanta estima són guardats i modificats d'un any a altre, l'elegancia que ompli els carrers els dies de festa, els boatos que cada any les comparses que porten la mitja festa preparen amb tanta il·lusió i totes les coses que fan que aquestes festes siguen tan especials per a tots nosaltres.

Enguany, com tot, les festes per a mi seran diferents, per sort demà a la nit tornaré per poder anar a cantar l'himne de Petrer i viure aquest inici com cada any. Potser algun dia jo també torne als carrers i torne a ser part d'aquestes festes.

Són dies d'alegria, ilusió, música i pólvora.

Visca Petrer!

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Ya se vuelven a escuchar los tiros en las calles que anuncian el comienzo de las fiestas un año más.

Mañana por la noche, cuando el día nos indique va a terminar, empezarán en mi pueblo las fiestas de Moros y Cristianos. Con el comienzo de estas fiestas volverá la música, la gente a las calles y ese olor a pólvora tan característico. Como todos los años, el pueblo en el que nunca ves una persona en el calle, se llenará de gente ansiosa por desfilar o ver los desfiles y pasa calles. Volverán los falsos saludos, que solo ocurren durante estos cinco días, y las falsas amistades, pero no todo es hipocresía, también volverá la alegría de ver o vivir las fiestas y la emoción de las nuevas capitanías por disfrutar junto a su comparsa y su gente.

Cinco comparsas de moros y cinco de cristianos, cada uno con los suyos, pero todos por una misma razón. Todo el mundo busca disfrutar de estas fiestas tan especiales que cada año llenan nuestras calles de sonrisas, de lágrimas de alegría (con algunas de tristeza también), de lluvia en muchas ocasiones, de sol y sobretodo de emoción.

Muchas veces me he preguntado qué será eso que nos hace unirnos tanto cuando llegan estas fiestas y aunque sé que por parte de muchos es solo una falsa, para otros es la unión de nuestras raíces. Las fiestas han perdido gran parte de su significado histórico, es más, seguramente haya mucha gente que no sepa el verdadero significado de las fiestas, pero, al menos para mi, estas razones no quitan la felicidad de volver a ver la música en las calles.

Después de mucho pensar en los pros y contras de estos cinco días he decidido quedarme con las cosas buenas. Quedarme con la felicidad de los festeros, con los recuerdos de catorce años saliendo en las fiestas y tres que he podido disfrutar viéndolas.

Me gusta ver las bandas de música dándole al pueblo un aire más alegre, los colores de los trajes que con tanto cariño cada año se guardan y se retocan, la elegancia que llena las calles los días de fiesta, los boatos que preparan las comparsas que llevan la media fiesta y todas las cosas que hacen que estas fiestas sean tan especiales para todos nosotros.

Este año, como todo, las fiestas para mi serán diferentes, pero por suerte mañana a la noche volveré para poder ir a cantar el himno de Petrer y vivir este inicio como cada año. Es posible que algún día yo vuelva a las calles formando parte de estas fiestas.

Son días de alegría, ilusión, música y pólvora.

¡Viva Petrer!

lunes, 7 de abril de 2014

Recordando

Leyendo viejas entradas, volviendo a introducirme en este universo de letras me he dado cuenta de que he fallado en muchas cosas.

Siento unas ganas increíbles de tirar a la basura algunas de ellas y en otras simplemente rompo a llorar de impotencia al ver que mis pensamientos de nada servían y que solo eran triste ilusiones. 

Aunque no estoy muy segura de mis palabras en estos instantes (quizá me esté dejando llevar por la rabia) quiero transmitirlas:

"Creo que la muralla que calló era mucho más grande de lo que nadie imaginaba y las consecuencias que va a traer consigo eran mucho más fuertes, tan fuertes que pueden acarrear consigo el desmoronamiento total del ejército.

Ya no siento que haya fuerzas, ya no siento que haya unión, ahora solo siento que hay celos, envidias, choques y malas miradas. Solo siento que hay rencores, amargos sabores que no nos van a traer más que desgracias. Siento como mis valientes luchadores pierden las fuerzas, pierden las ganas y en ellos ya no queda más que el dolor de la triste muralla derrumbada. Es lo único que aún los une, es lo único que aún los calla, pues el dolor de la muerte trae consigo el silencio, un silencio que nos hace profundizar aún más en las farsas.

Pensaba que éramos unos valientes luchadores, porque pensaba que estábamos unidos, pero claro que lo estábamos, estábamos unidos por los enfados de nuestro interior, estábamos unidos por duras palabras que intentaban salir de nuestras mentes, pero que pensábamos que era mejor que quedaran encerradas, estábamos unidos por la más grande, dura y cruel de las palabras.

¿Y sabéis qué? Que un eslabón se os pierde, que aquí hay una que se marcha y que no quiere saber nada. No mentiré diciendo que no me duele, no mentiré yéndome con la cabeza bien alta, pues más bien me hallo en un estado deplorable de tristeza y rabia. 

Me voy porque no quiero ser yo la que intente remediarlo, porque no quiero solucionar problemas para volver otra vez a llevarnos bien por esa ruin palabra, esa palabra que aún nos une y que nos ata. 

Quizá, con el tiempo, sea yo quien más pierda en esta batalla, quizá yo me quede sin disfrutar de lo que más quiero y deseo en este mundo, pero al menos podré tener la conciencia tranquila de que en su día valoré y actué como mejor pensaba."

Familia.

lunes, 24 de marzo de 2014

Como el viento.

Empezar a escribir sin ninguna razón, dejar que tus manos extraigan de tu mente todo aquello que encuentren y que desee salir, es una sensación maravillosa.
Hace ya años que empecé a escribir mis reflexiones, hace años que comencé a dejar salir mis pensamientos en formas de millones de palabras que quedan plasmadas en un papel o en la pantalla de un ordenador y guardadas en éste cifradas de algún modo que la mayoría de personas desconoce. 
Hacía tiempo que no dejaba salir de mi interior mis pensamientos, hacía tiempo que no me dejaba llevar y escribía un rato. Solo escribir por escribir. Sin embargo hoy he vuelto a sentir la necesidad de escribir un rato más y todo ha derivado al leer una pequeña despedida de alguien que al igual que yo hice hace unos meses necesita darse un descanso. 
Es increíble, me paro a pensar y solo encuentro una historia que contar, pero es una historia prohibida, una historia de esas que no deben salir a la luz, que quedan dentro de uno mismo y que jamás llegan a ver un nuevo día. Me fascina que aquello que creía olvidado, al intentar escribir, aflore de nuevo golpeándome más y más fuerte y es que en esta vida todo tiene que ver contigo cuando de palabras se trata. 
Nunca más volveré a hacer de una de mis pasiones una obligación o un deber, como bien quiera ser llamado por ustedes. Nunca más volveré a marcarme unas pautas, un camino que seguir y un tiempo que cumplir. Volveré a escribir, pero esta vez lo haré de otra forma, lo haré solo cuando me apetezca y como me apetezca. Creo que las normas y las correcciones nos roban todo el placer que podemos llegar a sentir al escribir y es que a veces, sin querer, simplemente dejando que las palabras fluyan lo hacen de la mejor forma posible. Creo que es bueno olvidarse de las reglas y dejarse llevar un rato. Al menos al escribir.
Con estas confusas e incoherentes palabras vuelvo a intentar darle vida a un blog que pensaba que había quedado olvidado para siempre.