martes, 11 de diciembre de 2012

Vidas ajenas. (Parte 1)

Sé que no soy una persona común, que mi carácter es un poco difícil y que mucha gente no me soporta por ello. Soy  una persona espontánea a la que le gusta más actuar que pensar. Una persona un poco descontrolada.

Viví una infancia un tanto injusta donde tuve que abandonar mi inocencia demasiado pronto. El colegio fue un infierno par mí y el instituto no quedó muy lejos de ahí, tan siquiera conseguí acabar el graduado escolar. Decidí abandonar mis estudios en ese lugar, pero seguí aprendiendo por mi propio pie. Con dieciséis años solo salía de casa para ir por las mañana a la biblioteca, para que la poca cultura que había adquirido en mis escasos años de estudiante siguiera creciendo. Vivía con mis padres, aunque eso era igual o peor que vivir sola, pues que cada uno de nosotros tenía una vida totalmente ajena a los demás. Mi hermano hacía diez años que se había marchado de casa. Sólo yo mantenía un mínimo de contacto con él a través de Internet.

Desde que tengo uso de razón mi vida a consistido en encerrarme a dejar pasar el tiempo. Cuando era más pequeña aún buscaba el apoyo de un adulto que jugara conmigo o que me ayudara con los deberes, pero con el paso del tiempo me dí cuenta de que jamás encontraría a esa persona dentro de las paredes de mi hogar y decidí aprender a buscarme la vida por mí misma. La adolescencia la pasé en mi cuarto, bien tirada en el suelo o bien en la cama, escuchando música y dejando volar mi imaginación entre millones de imágenes producidas por las aventuras de los protagonistas de los libros que leía.

La verdad es que jamás me propuse cambiar de vida, jamás pensé en irme de casa, como bien había hecho mi hermano, o buscar algo nuevo que hacer. Desde que dejé el instituto no había hecho absolutamente nada en mi vida más que estudiar y leer. Todo esto siguió así hasta los veinte años, cuando decidí que no quería vivir más en la miseria, tanto económica como emocional, que había en mi casa. El problema vino cuando quise bajar de mi mundo, dónde había pasado toda mi vida ajena al resto de personas, y empezar a relacionarme con los demás.

Empecé a salir de casa a menudo. Iba al parque o a centros comerciales y observaba como a mi alrededor la gente se relacionaba con los demás, mientras para mí era complicado articular una palabra, aunque fuera para darle las gracias a la cajera por haberme atendido. Había pasado tantos años en la absoluta soledad que no conocía muy bien que era eso de vivir en sociedad. Intenté recordar a algunos de los compañeros que habían pasado conmigo algún tiempo durante mi infancia, pero pensé que volver a buscarlos sería un poco egoísta, después de tantos años sin dar señales. Pues, cuando decidí apartarme, algunos de ellos pasaron por mi casa a preguntar por mi y a buscarme, pero jamás salí a recibirles.

2 comentarios:

  1. Genial, estaré atento a las siguientes partes.

    No obstante, creo que hay algo que debes mejorar a la hora de contar una historia. Tal vez yo también cometa este error en mi blog, (dímelo si es así) pero pretendo ayudarte pues, desde fuera, todo se ve mucho más claro. Básicamente el fallo reside en la llamada de atención al lector. Tu historia me ha enganchado, pero solo al final y, es que, al comienzo proporcionas datos no muy trascendentales. Está bien la descripción del espacio y el tiempo, ya que esto da riqueza a nuestro discurso. No obstante, tal vez deberías usar un poco de retórica al describir o ahondar más en los sentimientos de la protagonista que, al fin y al cabo, es lo que interesa.

    He ahí mi comentario crítico. Es solo un consejo, ya lo sabes. Además, personalmente, creo que estás mejorando mucho desde que te empecé a leer. Aficionarte a "bloggear" te hace crecer no solo como escritora, sino también como personas. Enhorabuena :)

    ResponderEliminar
  2. Gracias Rubén!

    Sí, estoy en proceso de corregir ese error, pero no te voy a mentir, no sé muy bien como hacerlo. Intentaré hacerlo mejor las próximas veces y me vas diciendo qué te parece, vale?

    De nuevo, gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar